Desde allí

Malsigno_img91Fue así.
A quien me viera, lejos de aquí;
al final, siendo luz, fui bruscamente humano;
cogido al timón de una caótica torva confusión.
Por contar tus dedos impares,
en la vereda de alguna esquina cualquiera,
mis manos labriegas derramaron tu llave,
honda es la herida que pende, y tú lo sabes.
¿A dónde voy para quitarme la mortaja que me adorna?
¿A dónde voy para huir de los días que se juntan?
Desagraviado;
en algún lugar de Tacna, nunca estuve mejor,
que en los brazos de una bruma consejera,
¡HOY NO QUIERO QUE ME VEAS!

Deja un comentario